Cofi
13 años, esos son los años que nuestro gato Cofi está con nosotros, recuerdo cuando mi chico lo adoptó y lo cogió de una casa de acogida, tenía 3 semanas de vida, era una bola peluda tan pequeña, que se escondía entre los huecos de los cojines del sofá, y nos volvíamos locos todas las mañanas para encontrarlo.
Tiene una vidorra que ya la quisiera yo para mi, le compramos una comida que nos tenemos que desplazar varios kilómetros de casa para comprarla, ya que tiene problemas intestinales propios de la edad, y es la única comida gatuna que tolera, al vivir en un ático te puedes imaginar, la terraza es su habitación favorita de la casa, es como estar en la calle, pero en casa, todo un lujazo para él.
Pasa horas y horas en ella, da igual la época del año ¡le encanta!, en verano incluso duerme en ella, no quiero imaginarme esa manta peluda por encima con el caloruzo que hace en verano, salir al fresco de la noche veraniega le tiene que aliviar de lo lindo.
Cofi es súper bueno, tiene más paciencia que un santo, el pequeño Vikingo lo lleva frito, así como Batusi ha pasado olímpicamente de él desde que nació, el dimoni no lo deja ni un segundo, lo atosiga al pobre desde que entra por la puerta hasta que salimos, de vez en cuando le da algún respiro, pero es su obsesión, le muestra todo su amor y su cariño, porque quererlo lo quiere un montón, pero a su manera claro…
La vida gatuna de un gato doméstico está entre los 14-16 años, sin embargo los pobres gatitos callejeros no corren con la misma suerte, y su periodo de vida oscila entre los 3 y los 5 años, alucinante la diferencia…
Cofi no tiene limitaciones en nuestra casa, le dejamos que duerma donde quiera, que se suba donde quiera y que campe a sus anchas por donde quiera, eso si, rascar solo rasca en un rascador que PAPArracho le hizo para él, le enseñamos desde que entró por la puerta de casa que ese era el único sitio donde tenía que rascar, y ha sido en los 13 años que está en esta casa, no quiero imaginar la de taquicardias que me darían si lo viera rascar en el sofá o en la alfombra, por suerte no es así.
Nuestro miedo era que al tener la terraza se escapara por las terrazas contiguas a la nuestra y no volviera, pero nunca, jamás, ha salido de nuestra terraza, ¡menos mal!, al menos que nos hayamos enterado, con la edad se ha hecho muy miedoso con las tormentas, ¡le dan pavor!, pobrecito mío se esconde debajo de la cuna del Vikingo y se puede pasar horas ahí hasta que está bien convencido de que la tormenta se ha ido.
El pequeño gatuno fue mi primer hijo, la primera responsabilidad que tuve, el primero que dependió de mi para comer y para que lo cuidara, se que está en la edad adulta del mundo gatuno, y que ya es un gato mayor, llegará el día menos pensado en que lo tengamos que despedir, así que he decidido dedicarle esta entrada en mi blog, quiero tenerlo plasmado aquí para siempre, y no puedo evitar escribir estas lineas sin emocionarme, y sin que se me humedezcan los ojos, es un miembro más de la familia, nunca entendí eso de «se les quiere como a una persona», hasta que lo tuvimos a él.
¡¡TE QUEREMOS COFITO!!
3 Comentarios
Tienda piensospopas
El amor que se puede sentir hacia un animal es sorprendente. Solo basta pasar unos días con alguna de las mascotas de nuestros familiares o amigos para conocer la gran compañía y cariño que nos pueden dar. Si estás pensando en tener un gatito tras leer este post, recuerda que es una gran responsabilidad y hay muchos aspectos a tener en cuenta, empezando por el tipo de pienso que hay que darle.
Núria
¡Cómo se les quiere!, ¿verdad? ^^
Esther
Precioso!
Cómo mis «Titos»!