¿Conoces la homeopatía?

Yo oí hablar por primera vez de lo que era la homeopatia cuando tenía 15 o 16 años, de eso ha llovido un poco… tenía la columna vertebral ligeramente desviada, lo que se conoce científicamente como escoliosis.

En aquel entonces mi cuerpo no estaba formado del todo, por lo que aún se podía poner remedio y corregir aquella desviación, mi madre me llevó a médicos especializados (2 en concreto) en este tipo de enfermedad, me colocaron un corset ortopédico para dormir por las noches, pero no llegaba a curarme del todo, o al menos yo así lo sentía, ya que mientras tanto yo iba pagando las consecuencias con dolores en la espalda cuando me sentaba con la espalda arqueada, vamos, una postura de lo más habitual cuando eres una adolescente.

Por casualidades de la vida, conocí a una amiga que me recomendó un homeópata que vivía algo retirado de mi pueblo (unos 30 km), ella me dijo que valía la pena ir, que fuera, que lo conociera, que él viera mi caso y que después habláramos, aquella conversación cambió sin lugar a dudas mi vida.

Me visitó y empezamos con el tratamiento de homeopatia, también complementamos el tratamiento apuntándome a natación por recomendación médica, me vino de perlas porque matamos dos pájaros de un tiro, ¡nado que me las pelo!, jajaja… sin duda es el mejor deporte para la gente que sufre este tipo de enfermedades, durante 2 años aproximadamente estuve yendo a la consulta para que me tratara la escoliosis, 1 vez al mes, ahí fue cuando empecé a notar los resultados.

La consulta sin tiempo le llamaba yo jajaja, era imposible hacer planes con mi noviete de aquel entonces cuando iba al médico homeópata, ya que podía tirarme perfectamente 1 o 2 horas haciendo ejercicios de musculatura con él, como él me decía, lo importante es que tu te cures, el tiempo es relativo.

En mi caso, y para esta corrección en concreto no tomaba ningún tipo de medicamentos homeopáticos, hacíamos ejercicios de musculatura para que la columna volviera a su sitio, al ser una desviación muy leve, pudimos hacerle frente y corregirla, creo que aquello me marcó, y a día de hoy siempre recurro a la homeopatía para tratarme, sobre todo los catarros y la gripe, los dolores de garganta o de afonía, y también recurro mucho a sus tratamientos para los cuidados de la piel.

La homeopatía son terapias naturales, sin químicos evitando intoxicaciones o intolerancias, no son nada agresivas para el cuerpo humano, hay tratamientos como pastillas o supositorios, pero los gránulos de disolución en la boca, ya que además de ser el método más rápido por las vías respiratorias, respeta la tradición homeopática.

En otro post te contaré que tal me ha ido la homeopatía para tratar la rinitis crónica que sufro, y que gracias a prevenirla en los meses previos, me ha ayudado muchísimo con esta patología alérgica.

Cuéntame, ¿conocías la homeopatía?, ¿has hecho algún tratamiento homeopático?, si ha sido así, ¿que tal te ha funcionado?, puedes dejar cualquier duda que tengas en los comentarios aquí abajo 😉