Vacaciones en el Parque Natural de la Tinença de Benifassà (Parte I)
Este ha sido el sitio escogido este año para disfrutar de nuestras vacaciones de Semana Santa, el Parque Natural de la Tineça de Benifassà (Tenencia de Benifasá), sito entre Aragón y Cataluña, pero que pertenece a Castellón, muy al interior de Castellón.
Decir que nos ha sorprendido muy gratamente se queda corto, nosotros, que lo que íbamos buscando era la paz, el relax, la montaña, y el salir a hacer excursiones, y también, porque no decirlo, a ser posible con cobertura nula o limitada para que no sonara el móvil cada 5 minutos con la campanita avisando la llegada de un WS, aquí lo encontramos a la primera.
Un parque NADA explotado al turismo, se conserva virgen en muchos aspectos, tan poco explotado está, que en el pueblo donde nos hospedábamos no había ni panadería, ni farmacia, el único comercio era un bar que cerraba sus puertas una vez se iba la luz del sol (palabras textuales de los dueños), hay que ir bien preparado gastronómicamente y medicinamente hablando.
Así que si buscas paz, desconexión 100%, aire puro, te gusta el turismo rural, la montaña, hacer excursiones molonas, y pasar divertidas jornadas con los peques, ¡este es tu post!.
El Parque Natural se compone de 7 pueblos, de hecho, se conoce como la ruta de los 7 pueblos, todos giran en torno al Parque Natural, y todos están situados a más de 1.000 metros de altitud, son CORATXÀ, CASTELL DE CABRES (Castillo de Cabras), BEL, LA POBLA DE BENIFASSÀ, EL BALLESTAR, FREDES, y por último EL BOIXAR, donde teníamos nuestra casa, ¡que digo casa, caserón!.
La casa donde nos hospedábamos tenía capacidad para 6 personas, nosotros fuimos los 4 solos y una de las habitaciones con literas no la usamos, mención especial a los dueños de la casa, una encantadora pareja que tuvieron unos detallazos enormes con nosotros, como llenarnos el frutero de fruta fresca, y decorar la mesa del salón con un ramo de flores naturales recién cortadas del jardín de su casa.
Echa un ojo a la casa, te aviso que te van a dar ganas de cerrar el post antes de tiempo para hacer una reserva…
CASA RURAL EL MIRADOR – EL BOIXAR
La casita roja que se ve en esta foto de arriba era donde nos hospedamos, esta es una perspectiva diferente desde el lado opuesto en uno de los paseos que dimos por el campo con nuestras amigas las vacas, que como ves no nos quitaban el ojo de encima…
El pequeño Batusito estaba encantado con las vacas, las veía y se ponía a señalarlas, nos hacía mucha gracias porque la cara de emoción y sorpresa al verlas era digna de foto.
Las vistas hacia el prado lleno de vacas, y esta impresionante terraza con la barbacoa (que la hicimos polvo de tanto usarla, buena muestra da mi culamen de ello…) era el plato fuerte sin duda, pero al loro con el interior…
Las vistas desde las habitaciones eran todas una maravilla, su nombre Casa Rural El Mirador bien indica lo que te vas a encontrar en ella, no tienes ningún obstáculo visual delante de la casa, ni de la terraza ni de ninguna de las habitaciones, una autentica maravilla.
Ya una vez instalados en la casa, descansamos un par de horas y nos fuimos a dar una vuelta por el pueblo, un encantador pueblito llamado El Boixar, que además de perderte por sus callejuelas, hay parada obligada en unos antiguos lavaderos de piedra, se puede visitar con carro para bebés, eso si, espero que tengas los brazos y piernas fuertes para subir y bajar unas cuestas imposibles.
EL BOIXAR
Al día siguiente desayunamos fuerte, cargamos la nevera de comida, y nos fuimos a pasar una divertida jornada mañanera al Pantano de Ulldecona, donde hay actividades acuáticas para hacer con los peques en el propio pantano, como alquilar un patín y dar una vuelta por el mismo.
Estábamos un poco preocupados por el pequeño Batusito, 16 meses en los que sólo quiere suelo y gatear, suelo y gatear, suelo y gatear… Y no sabíamos como iba a reaccionar una hora dentro del patín sin poder a penas moverse, más que lo que da de si el patín, así que como madre resabida que soy, cargué la mochila de petis, galletas, papas, y gusanitos, no hace falta que diga más, problema resuelto 😀 renegó un poco, y a ratos porque quería ir a su aire, pero estuvo mucho más tiempo entretenido viendo a su hermana como hacía de capitán de barco, sin duda la que más disfrutó con diferencia.
PANTANO DE ULLDECONA
Jornada acuática superada, el peque O.K. cogimos el coche y echamos unos cuantos kilómetros haciendo paradas en los pueblitos de rodean el Parque Natural de la Tinença de Benifassà.
CORATXÀ
EL BALLESTAR
Un mini pueblito que a mi particularmente me encantó, los casones estaban cuidados todos con mucho mimo, las plantas, las fachadas perfectamente colocadas para «la foto», los habitantes de las aldeas de alta montaña suelen ser muy amables y serviciales con los turistas, te abren los portones de sus casas de par en par para que ojees un poco del interior, sin importarles que fotografíes parte de sus vidas, una maravilla…
Hasta aquí el primer plato de este viaje que aún nos tiene soñando con su silencio atronador, y con su olor a Tinença, no te despistes que en breve tendrás por aquí la segunda parte, y te aseguro que no tiene desperdicio, Beceite y su ruta del Parrizal además de Morella te espera…
2 Comentarios
Felisa Fernández Fernández
Me encanta, que belleza de pueblos y paisajes, muy agustico se debe de estar ahí. Como tu dices, para desconectar de todo, es ideal. Esa paz y aire puro, fantástico. Me alegro de que hayáis disfrutado. Besos
Núria
Ha sido una maravilla, es tan necesaria esta desconexión del mundo urbano, al menos para nosotros lo es, y siempre que tenemos unos días libres aprovechamos para hacer una escapada al mundo rural, nos gusta inculcarle estos valores a nuestros hijos 🙂