Se ha convertido en una tradición en nuestra familia despedir el año y dar la bienvenida al año nuevo
viajando en familia, ya lo hicimos en el año pre pandemia
viajando con los niños a Calaceite, un par de años de parón obligado por el COVID y volvimos a la carga con un
viaje en familia a la Sierra de Cazorla, Segura y Las Villas.
Este año dijimos
adiós al 2023 para dar la
bienvenida al 2024 en el
Parque Natural del Alto Tajo, entre
Guadalajara, la Serranía de Cuenca y la provincia de Teruel.
Eso si, frío ¡todo el que quieras!, temperaturas máximas de 2º uno de los días y mínimas de -2º estando prácticamente todo el día a 0º o 1º por eso en las fotos me vas a ver abrigada hasta las orejas, que una es Valenciana, ya tu sabes…
Una vez más hemos vuelto a un lugar que ya disfrutamos siendo 2 y que ahora recordamos siendo 4, en esta ocasión nos hemos alojado en
Peralejos de las Truchas, Guadalajara, una pequeña aldea situada en el
Alto Tajo muy bien ubicada para conocer a fondo el
Parque Natural.
ORIHUELA DEL TREMEDAL, CHEQUILLA Y PERALEJOS DE LAS TRUCHAS
Pueblos de alta montaña con mucho encanto, lo bueno de
viajar en fin de año es que a penas hay gente, en este viaje hacíamos paradas en lo que parecían pueblos fantasma como el caso de
Orihuela del Tremedal, pero con un encanto mágico.
Callejeamos para conocer los pueblitos de la zona, súper bien cuidados, limpios y con decoraciones
Navideñas preciosas, nuestra primera parada fue
Orihuela del Tremedal, íbamos literalmente solos por todo el pueblo. Subimos hasta la iglesia y nos perdimos por sus callejuelas adoquinadas.
La segunda parada hacia el que era nuestro destino,
Peralejos de las Truchas fue
Chequilla, el pueblo en sí es una pasada, pero ¿y el entorno?, ¡
demasié!, unas rocas
giganormes en un color terracota precioso y unas formas de lo más variopintas te daban la bienvenida al pueblo.
Llegamos a nuestro alojamiento,
Peralejos de las Truchas, nos alojamos en
El Pajar del Abuelo, un
apartamento rural con chimenea, vistas a la montaña del
Parque Natural del Alto Tajo y sobre todo tranquilidad, mucha tranquilidad.
NACIMIENTO DEL RÍO CUEVO, EN LA SERRANÍA DE CUENCA
El
nacimiento del Río Cuervo es de los lugares de
montaña más brutales y espectaculares que hay, aunque es un sitio bastante transitado (hablamos de un ir y venir de autobuses cargados con abuelitos del imserso…) en esta ocasión no había ¡¡ni el tato!!, pudimos disfrutar de toda la
excusión al Nacimiento del
Río Cuervo prácticamente solos.
El recorrido hasta llegar a las cascadas del
Río Cuervo es muy fácil y accesible incluso para sillas de ruedas, una vez allí hay un camino de escaleras y un breve recorrido que te adentra en pleno bosque para ver el auténtico
Nacimiento del Río Cuervo.
Es maravilla lo mires por donde lo mires, para volver al parking puedes hacerlo volviendo sobre tus pasos o bien por un camino alternativo que bordea el río, perfectamente señalizado y de fácil acceso, el recorrido es circular, fluvial y sin a penas desnivel.
Una vez conocimos el
Nacimiento del Río Cuervo y cuando nos disponíamos a volver de la excursión vimos un desvío que indicaba un pequeño recorrido al
Covacho del Río Cuervo, ¡allá que nos fuimos!
LA CASCADA DEL MOLINO DE ARRIBA, PERALEJOS DE LAS TRUCHAS Y LA GARGANTA DEL TAJO
La Cascada del Molino de Arriba en Peralejos de las Truchas, (donde nos hospedábamos) está a tan solo unos minutos en coche, el
Río Tajo deja a su paso por
Peralejos una estampa preciosa con unas cascadas y todo rodeado de bosque, montañas y naturaleza en estado puro.
El
camínejo hasta llegar a la
Garganta del Tajo es cuanto menos complicado… de hecho nos planteamos en varias ocasiones dar la vuelta por la estrechez de la mini carretera y los pedazos de acantilados que rodean la carretera.
Pero aquí hemos venido a jugar, ¿no?, allá que nos fuimos a conocer la escarpada zona donde se encuentra la
Garganta del Tajo, el camino está lleno de buitres giganormes que vuelan alrededor de la zona a muy poca altura, es impresionante ver lo enormes que son…
Hasta aquí nuestros 3 (intensos) días por la zona del
Alto Tajo, viajar es siempre una aventura, pero
viajar con niños es una aventura elevada al cubo, cada vez
disfruto más viajar con los Vikingos y que vayan conociendo lo maravilloso que es nuestro país.