Damos la bienvenida a la primavera jugando en el césped
Aquí en cuanto vemos un rayo de sol, ¡nos echamos a la calle!, y que mejor que dar la bienvenida a la primavera jugando en el césped, ¡nos encanta!, el parque Central de Paterna tiene muchísimos metros cuadrados de zonas verdes, en los que poder disfrutar tumbándote en el suelo o bien haciendo un picnic en familia.
Está prohibido el acceso a animales, así que la tranquilidad de poder hacer la croqueta en la hierba sin correr el riesgo de pisar (o algo peor) una caca, o sentarte encima de un pipí de perro es genial, la sensación de pisar la hierba húmeda, y el olor a naturaleza que desprende el césped mojado a mi me encanta.
El domingo es un día que lo dedicamos a hacer excursiones, o a disfrutar del aire fresco, no somos una familia de quedarnos en casa, aunque hay ciertos fines de semana que se agradece eso de sofá y manta, suele darse más en invierno, pero en cuanto asoma la primavera, y por supuesto el verano, nos pasamos los findes explorando por aquí y por allá con los peques, para que puedan disfrutar de corretear por zonas amplias donde no tengamos que estar preocupados de los coches, y puedan jugar libremente sin peligro alguno.
Esto es sin duda lo que más valoro de vivir en un pueblo, el poco tráfico que hay, la poca aglomeración de gente, la gran cantidad de zonas verdes y de parques que hay, y la tranquilidad que da el mismo, el domingo pasado fuimos a celebrar la llegada de la primavera al parque Tiro de Pichón con las bicis, servidora se vino arriba, y se puso a hacer ejercicios acrobáticos recordando mis años de niñez y adolescencia cuando practicaba gimnasia rítmica, ¡qué bonito fue ver que aun conservo elasticidad y equilibrio!.
Por lo demás la jornada fue de lo más slow, aparcar las bicis en el césped, jugar, jugar y jugar, ¡poco más!, Batusi se tiró al suelo y empezó a girar como las agujas de un reloj, fue super divertido verla reír a carcajada limpia hasta, como ella dijo literalmente, le dolió la barriga.
Después vimos a unas hormiguitas corretear entre la hierba, a una familia jugar al frisbee, a otros sacar la manta y hacer un picnic, vimos caer hojas de los árboles cuando venía alguna ráfaga de viento, cogimos unas florecitas, nos tumbamos boca arriba y sacamos forma a las nubes, en definitiva una mañana genial, no se necesita sobre exponer a los niños a actividades, la propia calle les da la vida, y ellos mismos son los que se encargan de marcarse sus propios juegos, a veces, sin nada más tirarse al suelo y ponerse a girar en el césped haciendo la croqueta…
Un comentario
María
Esta siempre es una buena opción.